domingo, 26 de enero de 2014

“Queremos tanto a Glenda” de Julio Cortázar

“Queremos tanto a Glenda” es un cuento que fue escrito el siglo pasado pero cuyo tema sigue presente en nuestros días: el fanatismo que puede existir por una persona famosa. En este caso, un grupo de jóvenes se dan cuenta de que tienen algo en común, todos ellos quieren a la actriz Glenda Garson. Es relevante mencionar que no se trataban de simples admiradores pasajeros, ellos la veían como la misma perfección, y estaban dispuestos a hacer lo que fuera porque todo el mundo así lo viera.

Esta narración es relatada por uno de los miembros de este grupo, o como ellos se hacen llamar, del núcleo. El que esté escrita en primera persona (narrador autodiegético) es un factor clave que nos permite sentir su admiración extrema.

El cuento tiene una forma tradicional en su estructura, es decir, nos presenta una exposición, nudo y desenlace en ese orden. Al inicio se nos da a conocer la existencia del núcleo junto con el nombre de sus miembros, haciendo énfasis en que todos ellos admiraban de igual manera a Glenda, por lo que no cualquiera podía formar parte. Solían reunirse en un café para compartir puntos críticos de las películas y obras de la actriz.

Más adelante, en el nudo, el núcleo advierte que en las películas hay aspectos que  “enturbian” la imagen de Glenda, y en las propias palabras del narrador “ella se salvaba de lo que imperfectamente hacían los demás”. Esto los llevo a sentir que debían hacer algo más allá de reunirse en el cine y el café, debían lograr que todos supieran que “la perfección podía ser de este mundo y que ahora era de Glenda para siempre”. Es así que decidieron robar las películas y modificarlas de acuerdo a lo que ellos querían. Y como se dice, la cereza del pastel, fue cuando la actriz anuncia su retiro del cine y teatro… Glenda se encontraba en la cima y el núcleo no podía sentirse más satisfecho y feliz.

Sin embargo, un año más tarde ella decide regresar, hecho que se salía de lo planeado, por lo que el núcleo toma medidas extremas. En el desenlace se insinúa que la única manera que encontraron para que la perfección fuera “inviolable”, era matando a su ídolo.


Personalmente, “Queremos a Glenda” es un cuento que me costó un poco de trabajo entender debido a que Julio Cortázar no utiliza un lenguaje tan directo, lo que nos obliga a utilizar la imaginación, a pensar más allá… Además, me gustó la historia debido a que muestra un ejemplo de hasta dónde puede llegar una persona debido al fanatismo, tema que podemos ver en la actualidad. Sin duda, es un cuento interesante. 

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