“Queremos
tanto a Glenda” es un cuento que fue escrito el siglo pasado pero cuyo tema sigue
presente en nuestros días: el fanatismo que puede existir por una persona
famosa. En este caso, un grupo de jóvenes se dan cuenta de que tienen algo en
común, todos ellos quieren a la actriz Glenda Garson. Es relevante mencionar
que no se trataban de simples admiradores pasajeros, ellos la veían como la
misma perfección, y estaban dispuestos a hacer lo que fuera porque todo el
mundo así lo viera.
Esta
narración es relatada por uno de los miembros de este grupo, o como ellos se
hacen llamar, del núcleo. El que esté escrita en primera persona (narrador
autodiegético) es un factor clave que nos permite sentir su admiración extrema.
El
cuento tiene una forma tradicional en su estructura, es decir, nos presenta una
exposición, nudo y desenlace en ese orden. Al inicio se nos da a conocer la
existencia del núcleo junto con el nombre de sus miembros, haciendo énfasis en
que todos ellos admiraban de igual manera a Glenda, por lo que no cualquiera
podía formar parte. Solían reunirse en un café para compartir puntos críticos
de las películas y obras de la actriz.
Más
adelante, en el nudo, el núcleo advierte que en las películas hay aspectos
que “enturbian”
la imagen de Glenda, y en las propias palabras del narrador “ella se salvaba de lo que imperfectamente
hacían los demás”. Esto los llevo a sentir que debían hacer algo más allá
de reunirse en el cine y el café, debían lograr que todos supieran que “la perfección podía ser de este mundo y que
ahora era de Glenda para siempre”. Es así que decidieron robar las películas
y modificarlas de acuerdo a lo que ellos querían. Y como se dice, la cereza del
pastel, fue cuando la actriz anuncia su retiro del cine y teatro… Glenda se
encontraba en la cima y el núcleo no podía sentirse más satisfecho y feliz.
Sin
embargo, un año más tarde ella decide regresar, hecho que se salía de lo
planeado, por lo que el núcleo toma medidas extremas. En el desenlace se
insinúa que la única manera que encontraron para que la perfección fuera “inviolable”, era matando a su ídolo.
Personalmente,
“Queremos a Glenda” es un cuento que me costó un poco de trabajo entender debido
a que Julio Cortázar no utiliza un lenguaje tan directo, lo que nos obliga a
utilizar la imaginación, a pensar más allá… Además, me gustó la historia debido
a que muestra un ejemplo de hasta dónde puede llegar una persona debido al
fanatismo, tema que podemos ver en la actualidad. Sin duda, es un cuento
interesante.
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